viernes, 16 de abril de 2010

SEXO Y GÉNERO O SEXOS Y GÉNEROS

http://knol.google.com/k/fernando-antonio-ruano-faxas/sexo-y-g%C3%A9nero-o-sexos-y-g%C3%A9neros/19j6x763f3uf8/17#

1 comentario:

  1. [...] ¿Siempre ha existido la idea que tenemos hoy acerca de los “dos sexos”: macho y hembra, hombre y mujer? Claro que no. De la misma manera que no ha existido ni existe un único orden sociocultural que valore y establezca qué son, cómo son y para qué sirven los hombres (Lomas, 2003) y qué son, cómo son y para qué sirven las mujeres, de la misma manera que no existe un sólo sistema simbólico para clasificar a hombres y mujeres, sino que, más bien, existen múltiples mosaicos socio-culturales, en el tiempo y en el espacio, que estereotipan, identifican y dictan las normas que juzgan al hombre y a la mujer, así también la valoración de los sexos humanos tiene su larga y compleja historia (Robles, 2000) [...] ¿Y cómo se entiende lo relacionado con “el sexo” y “el género” en el uso idiomático, en los idiomas o lenguas, en los dialectos? Los criterios en torno a la “sexuación” y cómo se concibe y entiende el sexo y los géneros en los idiomas, en las lenguas, es algo antiquísimo. Los filólogos y lingüistas han tratado este tema con los puntos de vista más ingenuos, fantasiosos y también acertados (Martínez, 1974: 655-666). Los problemas de sexo y género en el uso lingüístico nos pueden quedar más claros si recordamos que en las lenguas más importantes del mundo, en las más conocidas, en las lenguas internacionales, existen tres géneros: masculino, femenino y neutro. Entonces, si a los hablantes de las lenguas, según las particularidades sociolingüísticas de cada lengua, las tradiciones, los tiempos, las influencias de otras culturas y lenguas, etc., les queda claro lo que pertenece al género masculino y lo que pertenece al género femenino, cómo y porqué existe y funciona un tercer género, que, en apariencias, indica, de entrada, la ausencia de una “categoría masculina” y de otra “categoría femenina”, la “imparcialidad entre lo femenino y lo masculino”, la acomodación entre “lo hombre” y “lo mujer”, entre “lo macho” y “lo hembra”, “lo ambiguo” –según Andrés Bello–, el “equilibrio genérico”, y de aquí la existencia de una “otra categoría” que no posee ni la primera exclusivamente: lo masculino, ni la segunda exclusivamente: lo femenino, sino que posee las dos categorías de manera integrada: lo masculino y lo femenino al mismo tiempo, lo que sería el “género neutro” [...]

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